Ella vende clavos de mar

Si visitaras la playa correcta al sur de Tokio, Japón, en el día correcto, podrías ver a una mujer sentada junto a una silla de ruedas, arrancando coloridos trozos de plástico de la arena gris. En lugar de tirar la basura de plástico en un bote de basura, los coloca en un frasco de vidrio. Se trata de Naomi Arimoto, una manicurista japonesa que fusiona el reciclaje y la moda en las uñas artificiales.

Naomi Arimoto recogiendo plástico. Crédito de la foto: REUTERS / Manami Yamada.

Desde 2021, Arimoto utiliza trozos de "umigomi" (basura marina) para hacer puntas de uñas. No se hace ilusiones sobre la magnitud del problema: le dijo a NHK World Japan que "esto está realmente en todas partes. Parece imposible que una sola persona tenga un impacto". Pero Arimoto está teniendo un impacto, si no en el volumen de plástico eliminado, sí en la concienciación.

Para aquellos que no viven directamente en una costa, el plástico marino casi siempre está fuera de la vista, fuera de la mente. Reciclar esta basura en uñas decorativas pone un recordatorio directamente en la mano, visible para el usuario en casi todo momento.

Uñas Umigomi. Crédito de la foto: NHK World Japón

El mundo de la moda ha luchado con la sostenibilidad en los últimos años, especialmente con el crecimiento de tendencias derrochadoras como la "moda rápida". Decorar uñas con plástico marino es una fantástica alineación de la moda con la sostenibilidad. Cuando Arimoto calienta el plástico para fusionarlo dentro del anillo de metal, cada trozo de plástico se derrite y sus colores fluyen juntos creando un patrón único cada vez. Pero si no se derriten correctamente, rompe el trozo estropeado y usa los fragmentos en otras piezas. Nada se tira a la basura.

Mientras que la mayor parte de la industria de la moda busca formas de reducir los residuos y obtener electricidad renovable para las fábricas, las uñas umigomi insinúan lo que podría venir después: moda que elimine la contaminación del medio ambiente.